jueves, 20 de noviembre de 2008

25 Maneras De Hablar Para Que Sus Hijos Escuchen











Crecer feliz, educando con cariño

25 maneras de hablar para que sus hijos escuchen
Una gran parte de la educación es cómo hablar con los niños. La forma en al que usted habla con ellos les enseña la forma de hablar con otros. He aquí algunas cosas que hemos aprendido de nuestros hijos:

1-. CONECTE ANTES DE DIRIGIR: antes de dar directivas a su hijo, descienda al nivel de sus ojos y establezca contacto ocular con el, para obtener su atención. Muéstrele como enfocar: “M. necesito tus ojos”-“tus orejas”. Ofrezca el mismo lenguaje corporal cuando esté escuchando a su hijo. Tanga cuidado de que su mirada no sea tan intensa que controle en lugar de contactar.

2-. DIRÍJASE AL NIÑO: “N. quieres por favor….”

3-. SEA BREVE: use reglas de una sola frase. ponga la orden principal en la frase de inicio. Cuarto más tiempo divague, más probable es que su hijo se vuelva sordo para los padres. Demasiado hablar es uno de los errores más frecuentes cuando dialogamos. Produce en el niño la impresión de que usted no está muy seguro de lo que quiere decir. Si le puede mantener a usted hablando, puede mantenerle distraído.

4-. SEA SIMPLE: utilice frases cortas y palabras de una sílaba. observe el modo en que ellos hablan unos con otros y tome nota. Cuando su hijo muestra esa mirada vidriosa y desinteresada, usted ya no está siendo entendido.

5-. PÍDALE A SU HIJO QUE LE REPITA SU PETICIÓN: si no puede, ha sido demasiado larga o demasiado complicada.

6-. HAGA UNA OFERTA QUE SU HIJO NO PUEDA RECHAZAR: usted puede razonar con un niño de dos-tres años, especialmente para evitar berrinches: “vístete para que puedas salir a jugar”. Ofrezca una razón para sus peticiones, que sea para ventaja del niño, y que sea difícil de rechazar. Esto le da un motivo para salir de su posición de poder, y hacer lo que usted le pide.

7-.SEA POSITIVO: en lugar de decir: no corras, diga: dentro caminamos, fuera se puede correr.

8-.EMPIECE SUS PETICIONES CON LA PALABRA QUIERO: en lugar de decir bájate de ahí, diga quiero que te bajes de ahí. Esto funciona bien con niños a los que les gusta agradar, pero no recibir órdenes. diciendo quiero, da usted una razón para agradar, más que una orden.

9-. CUANDO…ENTONCES: cuando te hayas cepillado los dientes, te contaré el cuento. Decir cuando implica que usted espera ser obedecido, mejor que el “si” que da al niño la sensación de que puede optar por hacerlo o no, cuando usted no quería darle opciones.

10-. PRIMERO LAS PIERNAS, DESPUÉS LAS PALABRAS: en lugar de gritar “apaga la televisión y a cenar” acércate a donde está viendo la tv, únete a él un ratito, y en el primer intermedio para anuncios, dile que apague la televisión. Yendo hacia el le convences de que tu requerimiento es realmente serio. De otra manera, lo interpretan como una mera preferencia.

11-.OFRECE ALTERNATIVAS: prefieres ponerte antes el pijama o cepillar los dientes.

12-. HABLA DE FORMA ADECUADA A SU DESARROLLO: cuanto más pequeño sea el niño, más cortas y simples deben ser las órdenes. Considere su nivel de comprensión. Por ejemplo: un error muy común es preguntarle a un niño de tres años ¿Por qué has hecho eso?. La mayor parte de los adultos tienen problemas para explicar su comportamiento. Pruebe a cambio: vamos a hablar de los que has hecho.

13-. HABLE DE FORMA SOCIALMENTE CORRECTA: incluso un niño de dos años puede aprender “por favor”. Espere que su hijo sea educado. Los niños no deberían sentir que la educación es opcional. Hable con sus hijos de la forma en que espera que ellos hablen con usted..

14-.HABLE DE FORMA PSICOLÓGICAMENTE CORRECTA: los comienzos amenazantes o sentenciosos, son propensos a poner al chico a la defensiva. Los mensajes que comienzan con “tu” hacen al niño encerrarse. Los que empiezan con “yo” no son acusadores. En lugar de empezar: “tu debes hacer…” pruebe diciendo:”a mi me gustaría que hicieras….” o “yo necesito que hagas”. No haga una pregunta inicial si la respuesta negativa no es una opción: ¿quieres poner la mesa?. Diga simplemente: pon la mesa por favor.

15-. ESCRÍBALO: los recordatorios pueden derivar en quejas con demasiada facilidad, especialmente en los preadolescentes, que piensan que decirles cosas los sitúa en la sección de esclavos. Sin decir una palabra, puede comunicar todo lo que necesite decir: hable con una libreta y un lápiz. Deje notas humorísticas a sus hijos, siéntese y observe lo que ocurre.

16-. BAJE EL TONO DE SUS HIJOS: cuanto más lato grite el niño, más bajo hable usted. Deje a su hijo ventilarse, mientas usted intercala comentarios de tanto en tanto: “entiendo” o “¿puedo ayudarte?”. Algunas veces solo tener un escucha atento puede disminuir el volumen de una rabieta. Si usted se pone a su nivel, tendrá dos berrinches que manejar. Sea un adulto para el.

17-. SERENE AL NIÑO: antes de dar una orden, restaure el equilibrio emocional del niño, de otra forma está perdiendo el tiempo. Nada profundiza cuando un niño está en un naufragio emocional.

18-. REPITA SU MENSAJE: los niños pequeños necesitan que les repitan las cosas cientos de veces. Los niños con menos de 2 años, tienen dificultad para internalizar sus órdenes. Muchos niños de tres años, comienzan a internalizar órdenes, de forma que lo que usted les dice comienza a calar. Repita cada vez menos veces a medida que su hijo crece. Los preadolescentes contemplan la repetición como una queja.

19-.DEJE QUE SU HIJO COMPLETE EL PENSAMIENTO: en lugar de decir: no dejes ese barullo amontonado. Diga: M., piensa donde quieres guardar tus cosas de jugar al fútbol. Dejar que el niño complete los espacios en blanco es más fácil que sea una lección duradera.

20 -.USE NORMAS RIMADAS: “para cruzar, la manita hay que dar” (esto es una aportación mía, ya que la rima inglesa, no rima en castellano)

21-. DE ALTERNATIVAS QUE GUSTEN: no puedes ir solo al parque, pero puedes jugar en el vecindario.

22-. DE NOTICIAS POR ADELANTADO: vamos a salir enseguida, vete diciendo adiós a los muñecos (o a los otros niños).

23-. ABRIR A UN NIÑO CERRADO: selecciones cuidadosamente frases que hagan abrirse a las pequeñas mentes cuando se cierran. Adhiérase a tópicos que usted sabe que su hijo le entusiasman. Haga preguntas que requieran una respuesta diferente de si y no. Pregunte cosas específicas: en lugar de “¿qué tal lo has pasado en el cole?” pregunte “¿qué es lo más divertido que has hecho hoy en el cole?”

24-. USE CUANDO TU…YO ME SIENTO…PORQUE…: cuando te alejas de mamá yo me preocupo porque podrías perderte.

25-. CIERRE LA DISCUSIÓN: si una cuestión está realmente fuera de discusión, diga no.”No cambiaré mi decisión sobre esto. Lo siento”. Ahorrará tiempo y desgaste a usted y a su hijo. Reserve su tono de voz de “aquí podemos tener un problema” para cuando lo haga.

Hay Que Aprender, No Memorizar


Tunnermann aboga por cambios en método de enseñanza
Hay que aprender, no memorizar

SANTO DOMINGO.-Según Carlos Tunnermann las deficiencias académicas con que ingresan los jóvenes a las universidades proceden de los métodos de enseñanza y de la forma en que preparan a los profesores.

El educador y humanista Latinoamericano explicó que las nuevas corrientes sicopedagógicas exigen que el estudiante aprenda los conocimientos y no que los memorice, ya que crece con rapidez, pero de la misma forma se vuelve obsoleto.

Entrevistado en el programa Diario Libre AM, el educador dijo que las universidades deben enfatizar en que el estudiante aprenda a aprender y de esa forma contribuir a mejorar los niveles educativos.

"Los profesores no están evaluando si el estudiantado aprende los temas que está en el pensum, hace evaluaciones más cuantitativas que cualitativas y como resultado van pasando los grados y realmente no están comprendiendo los temas", agregó.

En ese sentido, expresó que el profesorado debe convertirse en un investigador pedagógico que vaya al aula a suscitar aprendizaje y al mismo tiempo dar seguimiento al trabajo de los estudiantes, cultivando en ellos el razonamiento.

"En el caso de las matemáticas los profesores emiten el primer día un sentimiento de pánico al decirle a los estudiantes que es la materia más difícil. Las matemáticas se pueden enseñar aplicando métodos lúdicos, se puede enseñar jugando", agregó.

Tunnermann hizo un llamado a las universidades a revisar continuamente los programas de estudios a fin de que los mismos estén sujetos a constantes cambios.

martes, 18 de noviembre de 2008


Estamos Criando Vagos. QUE REALIDAD!!!


Artículo del Psiquiatra César Mella,

Hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela. Se levantan irritados pues se acuestan muy tarde hablando por teléfono o conectados a la Internet.

No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con 'arreglar algo en el hogar'.

Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles 'defectos' a sus padres a los cuales acusan a diario de que 'están pasaos'.
No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo.

Hay que darles su 'semanal' o mesada de la que se quejan a diario porque 'eso no me alcanza'.

Si son universitarios siempre inventan unos paseos de fin de semana que lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo o habiendo fumado un pito de marihuana.

Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno se aleja cada vez más, pues aún el día que consiguen un trabajo hay que seguir manteniéndoles.

Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de capas medias urbanas que bien pudieran estar entre los 14 y los 24 años y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿En que estamos fallando?

Para los nacidos en los cuarenta y cincuenta el orgullo reiterado es que se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tení¬an que limpiar la casa; que lustraban sus zapatos; algunos fueron limpiabotas y repartidores de diarios; otros llevábamos al taller de costura la ropa que elaboraba nuestra madre o tení¬amos un pequeño salario en la Iglesia en donde ayudábamos a oficiar la Misa cada
madrugada.

Lo que le pasó a nuestra generación es que elaboramos un discurso que no dio resultado: '¡Yo no quiero que mi hijo pase los trabajos que yo pasé!'.

Nunca conocieron la escasez, se criaron desperdiciando, a los 10 años ya habí¬an ido a Disney World dos veces cuando nosotros a los 20 no sabí¬amos lo que era tener un pasaporte.

El 'dame' y el 'cómprame' siempre fue generosamente complacido y ellos se convirtieron en habitantes de una pensión con todo incluido que luego querí¬amos que fuera un hogar.

Al final se marchan al exterior a la conquista de una pareja y vuelven al hogar divorciados o porque la cosa 'se les aprieta' en su nueva vida.

Los que tienen hijos pequeños pónganlos los domingos a lavar los carros y a limpiar sus zapatos. Un pago simbólico por eso puede generar una relación en sus mentes entre trabajo y bienestar.

Las hembritas deben desde temprano aprender a lavar, planchar, cocinar para que entiendan la economí¬a doméstica en tiempos que podrí¬an ser más difí¬ciles.

La música metálica, los conciertos, la tele, la moda y toda la electrónica de la comunicación han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó.

Estamos compelidos a revisar por los resultados si fuimos muy permisivos o si sencillamente hemos trabajado tanto que el cuido de nuestros hijos queda en manos de las domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.

Ojala que este mensaje llegue a los que tienen 'muchachos chiquitos' pues ya los abuelos pagaron la transición...

lunes, 29 de septiembre de 2008

EL CONTROL DE LOS IMPULSOS: EL TEST DE LAS GOLOSINAS



EL CONTROL DE LOS IMPULSOS: EL TEST DE LAS GOLOSINAS
Imagine que tiene cuatro años de edad y que alguien le hace la siguiente propuesta: «ahora debo
marcharme y regresaré en unos veinte minutos. Si lo deseas puedes tomar una golosina pero, si esperas a
que vuelva, te daré dos». Para un niño de cuatro años de edad éste es un verdadero desafío, un microcosmos
de la eterna lucha entre el impulso y su represión, entre el id y el ego, entre el deseo y el autocontrol, entre la
gratificación y su demora. Y sea cual fuere la decisión que tome el niño, constituye un test que no sólo refleja
su carácter sino que también permite determinar la trayectoria probable que seguirá a lo largo de su vida.
Tal vez no haya habilidad psicológica más esencial que la de resistir al impulso. Ese es el fundamento
mismo de cualquier autocontrol emocional, puesto que toda emoción, por su misma naturaleza, implica un
impulso para actuar (recordemos que el mismo significado etimológico de la palabra emoción, es del de
«mover»). Es muy posible —aunque tal interpretación pueda parecer por ahora meramente especulativa— que
la capacidad de resistir al impulso, la capacidad de reprimir el movimiento incipiente, se traduzca, al nivel de
función cerebral, en una inhibición de las señales límbicas que se dirigen al córtex motor.
En cualquier caso, Walter Misehel llevó a cabo, en la década de los sesenta, una investigación con
preescolares de cuatro años de edad —a quienes se les planteaba la cuestión con la que iniciábamos esta
sección —que ha terminado demostrando l a extraordinaria importancia de la capacidad de refrenar las
emociones y demorar los impulsos. Esta investigación, que se realizó en el campus de la Universidad de
Stanford con hijos de profesores, empleados y licenciados, prosiguió cuando los niños terminaron la
enseñanza secundaria. Algunos de los niños de cuatro años de edad fueron capaces de esperar lo que
seguramente les pareció una verdadera eternidad hasta que volviera el experimentador. Y fueron muchos los
métodos que utilizaron para alcanzar su propósito y recibir las dos golosinas como recompensa: taparse el
rostro para no ver la tentación, mirar al suelo, hablar consigo mismos, cantar, jugar con sus manos y sus pies
e incluso intentar dormir. Pero otros, más impulsivos, cogieron la golosina a los pocos segundos de que el
experimentador abandonara la habitación.
El poder diagnóstico de la forma en que los niños manejaban sus impulsos quedó claro doce o catorce
años más tarde, cuando la investigación rastreó lo que había sido de aquellos niños, ahora adolescentes. La
diferencia emocional y social existente entre quienes se apresuraron a coger la golosina y aquéllos otros que
demoraron la gratificación fue contundente. Los que a los cuatro años de edad habían resistido a la tentación
eran socialmente más competentes, mostraban una mayor eficacia personal, eran más emprendedores y más
capaces de afrontar las frustraciones de la vida. Se trataba de adolescentes poco proclives a desmoralizarse,
estancarse o experimentar algún tipo de regresión ante las situaciones tensas, adolescentes que no se
desconcertaban ni se quedaban sin respuesta cuando se les presionaba, adolescentes que no huían de los
riesgos sino que los afrontaban e incluso los buscaban, adolescentes que confiaban en sí mismos y en los
que también confiaban sus compañeros, adolescentes honrados y responsables que tomaban la iniciativa y se
zambullían en todo tipo de proyectos. Y, más de una década después, seguían siendo capaces de demorar la
gratificación en la búsqueda de sus objetivos.
En cambio, el tercio aproximado de preescolares que cogió la golosina presentaba una radiografía
psicológica más problemática. Eran adolescentes más temerosos de los contactos sociales, más testarudos,
más indecisos, más perturbados por las frustraciones, más inclinados a considerarse «malos» o poco
merecedores, a caer en la regresión o a quedarse paralizados ante las situaciones tensas, a ser desconfiados,
resentidos, celosos y envidiosos, a reaccionar desproporcionadamente y a enzarzarse en toda clase de
discus iones y peleas. Y al cabo de todos esos años seguían siendo incapaces de demorar la gratificación.
Así pues, las aptitudes que despuntan tempranamente en la vida terminan floreciendo y dando lugar a
un amplio abanico de habilidades sociales y emocionales. En este sentido, la capacidad de demorar los
impulsos constituye una facultad fundamental que permite llevar a cabo una gran cantidad de actividades,
desde seguir una dieta hasta terminar la carrera de medicina. Hay niños que a los cuatro años de edad ya
llegan a dominar lo básico, y son capaces de percatarse de las ventajas sociales de demorar la gratificación
de sus impulsos, desvían su atención de la tentación presente y se distraen mientras siguen perseverando en
el logro de su objetivo: las dos golosinas.
Pero lo más sorprendente es que, cuando los niños fueron evaluados de nuevo al terminar el instituto, el
rendimiento académico de quienes habían esperado pacientemente a los cuatro años de edad era muy
superior al de aquéllos otros que se habían dejado arrastrar por sus impulsos. Según la evaluación llevada a
cabo por sus mismos padres, se trataba de adolescentes más competentes, más capaces de expresar con
palabras sus ideas, de utilizar y responder a la razón, de concentrarse, de hacer planes, de llevarlos a cabo, y
se mostraron muy predispuestos a aprender. Y, lo que resulta más asombroso todavía, es que estos chicos
obtuvieron mejores notas en los exámenes SAT. El tercio aproximado de los niños que a los cuatro años no
pudieron resistir la tentación y se apresuraron a coger la golosina obtuvieron una puntuación verbal de 524 y
una puntuación cuantitativa («matemática») de 528, mientras que el tercio de quienes esperaron el regreso del
experimentador alcanzó una puntuación promedio de 610 y 652, respectivamente (una diferencia global de 210
puntos).”
La forma en que los niños de cuatro años de edad responden a este test de demora de la gratificación
constituye un poderoso predictor tanto del resultado de su examen SAT como de su CI; el CI, por su parte,
sólo predice adecuadamente el resultado del examen SAT después de que los niños aprendan a leer. “Esto
parece indicar que la capacidad de demorar la gratificación contribuye al potencial intelectual de un modo
completamente ajeno al mismo CI. (El pobre control de los impulsos durante la infancia también es un
poderoso predictor de la conducta delictiva posterior, mucho mejor que el CI.)”' Como veremos en la cuarta
parte, aunque haya quienes consideren que el CI no puede cambiarse y que constituye una limitación
inalterable de los potenciales vitales del niño, cada vez existe un convencimiento mayor de que habilidades
emocionales como el dominio de los impulsos y la capacidad de leer las situaciones sociales es algo que
puede aprenderse.
Así pues, lo que Wal ter Misehel, el autor de esta investigación, describe con el farragoso enunciado de
«la demora de la gratificación autoimpuesta dirigida a metas» —la capacidad de reprimir los impulsos al
servicio de un objetivo (ya sea levantar una empresa, resolver un problema de álgebra o ganar la Copa
Stanley)— tal vez constituya la esencia de la autorregulación emocional. Este descubrimiento subraya el papel
de la inteligencia emocional como una metahabilidad que determina la forma —adecuada o inadecuada— en
que las personas son capaces de utilizar el resto de sus capacidades mentales

miércoles, 6 de agosto de 2008

LAS 10 CLAVES PARA LA EDUCACIÓN DE TUS HIJOS


10 CLAVES PARA LA EDUCACIÓN DE TUS HIJOS


1 Los padres deben educar la voluntad de los hijos y sus sentimientos. Preparar a un hijo para la vida no es satisfacer todas sus voluntades y todos sus caprichos.
Enseña a tu hijo a renunciar y a oír "no".
No impongas la renuncia, pero llévalo a aceptarla libremente.
Señala la razón del renunciar, su valor y necesidad para la vida.
Si no aprende ahora a decir no a lo permitido, luego no sabrá decir no a lo prohibido.
El exceso de mimos echa a perder a los niños; los hijos muy mimados sufren mucho en la vida. Vivirán siempre alterados e inseguros.
El exceso de mimos y de censuras, críticas y castigos es la principal causa de inseguridad en los jóvenes. Los grandes hombres de la historia soportaron pruebas y privaciones en la vida. Poco se puede esperar de los hombres que nunca supieron lo que son privaciones, renuncias y sacrificios.
Los que reciben todo en la infancia no sabrán dar nada como adultos.

2 La cólera es nociva para la educación de los hijos. La ira nos lleva a decir palabras sin pensar y a actuar irreflexivamente.
El hablar sin pensar y el actuar sin reflexionar pueden lastimar, herir, ofender y llevar a cometer injusticias.
Habla con tu hijo con calma y ten actitudes ponderadas.
La cólera, la ira, la falta de dominio pueden hacer que se cometan desatinos.
Muchos padres, llevados por la ira del momento, hieren el corazón de los hijos con palabras semejantes a éstas:
"Tú no sirves para nada." "Maldita la hora en que te engendré." "Tú eres la vergüenza de la familia." "Tú no vales nada." "¡Tú eres un hijo indigno! "
Después, cuando estás en calma, reflexionas y te arrepientes. Pero será demasiado tarde. Las palabras ya fueron dichas y el corazón de tu hijo ya fue herido.
Piensa antes de hablar y reflexiona antes de actuar.
A un corazón herido siempre le queda una cicatriz.
No hables sin pensar y sin medir el alcance de tus palabras.
No hagas un gesto sin medir las consecuencias.
Tu hijo es un tesoro que merece todo el amor, respeto y cariño; es un tesoro de la vida entregado en las manos de los padres.

3 El secreto que un hijo confía al padre o a la madre debe ser como una piedra lanzada al mar. Se esconde en el fondo, nadie la ve, descubre, conoce.
Sé siempre discreto, guarda en lo profundo del corazón el secreto de tu hijo. La confianza, una vez. perdida, difícilmente se recupera.
Un joven comienza a desorientarse desde el momento en que pierde la confianza en sus padres. Mientras los hijos confíen en los padres, tendrán siempre una luz que los ilumine, una guía que los conduzca y, una brújula que los oriente.

4 La mejor escuela de la vida es el ejemplo de los padres. Los hijos precisan más los ejemplos que las enseñanzas.
Los padres no les pueden exigir virtudes y cualidades que ellos no tienen. Vigilando sus propias obras, los padres estarán construyendo la moral de sus hijos. ¿Qué ejemplos les das? ¿A ti te gustaría que tus hijos hicieran lo que tú haces?

5 La misión de los padres es orientar, esclarecer, amar, comprender, incentivar. Actuar así es darle la oportunidad a tu hijo para que se afirme en la vida. El amor que los hijos reciben de los padres y la confianza que éstos depositan en ellos es para los jóvenes un seguro amparo de vida.

6 El desahogarse es una necesidad psicológica de toda persona. Tu hijo muchas veces está psicológicarnente agobiado y siente la necesidad de desahogarse. Precisa decir lo que siente.
Escucha con paciencia y benevolencia su desafío, aunque hable en forma agresiva e irritada.
Aprende a escuchar con paciencia y atención el desahogo de tu hijo y evitarás muchas discusiones, desavenencias y contrariedades.
Deja que tu hijo diga todo lo que siente y, cuando esté en calma, estará en condiciones de razonar y reconocer el error.
Comparte las dudas, angustias y problemas de tu hijo y él será tu amigo.

7 Saber escuchar en silencio es una virtud que los padres también deben tener. Antes de contradecir a tu hijo, escucha, analiza y trata de comprender lo que él quiere decir. Y después habla, pero con amor.
Cuando los padres se precipitan en responder o en contradecir al hijo, pueden cometer una injusticia o interpretar de modo incorrecto, y esto suscita la rebeldía del hijo.
Deja que tu hijo hable y oiga pacientemente, y sólo después habla, analiza, medita y dialoga con él.
Una persona irritada no está en condiciones de oír y comprender.

8 Deja que tu hija hable, sólo escucha. Después dialoga calma y serenamente con ella. Tal vez ella diga muchas cosas equivocadas, pero analizándolo bien encontraremos muchas verdades entre los errores.
Apreciar y valorizar lo bueno da mejores resultados que señalar y condenar de inmediato lo equivocado. A nadie le gusta ser refutado y censurado al instante.
Muchos padres no defienden la verdad, pero si sus puntos de vista para que prevalezcan sobre los puntos de vista de sus hijos.
El hijo no es un adversario a combatir, sino un amigo a conquistar. Y para conquistar nada mejor que saber oír.

9 Tu hijo precisa consejos y recomendaciones, pero deben ser bien dosificados, dados con amor y bondad. Una andanada de consejos y recomendaciones irrita y satura. El exceso, en lugar de producir efectos positivos, trae resultados negativos. Da a tu hijo los consejos más útiles y prácticos, no los más agradables. Dale un consejo como una sugerencia y no como una imposición.

10 ¡Cuántos jóvenes aún no descubrieron el verdadero sentido de la vida! Viven y no saben por qué. Estamos en este mundo para amar y hacer el bien, el amor nos une unos a otros y todos unidos amaremos a Dios. El amor siempre trae unidad y conlleva a hacer obras de bien. Una vida sin amor es una vida vacía y sin sentido.
La vida nos es dada para crecer siempre más en el amor y para engrandecernos a través de la práctica del bien.

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Educar no es sólo combatir el mal, señalar y censurar los errores; educar es sobre todo incentivar el bien, impartir buenas costumbres, valorizar las buenas obras y estimular.

El exceso de críticas y de censuras elimina el incentivo y el deseo del bien. Pero apreciar y valorizar las cosas buenas estimula y anima a proseguir el camino del bien y a mejorar. El exceso de críticas y censuras lo vuelve inseguro, angustiado y alterado.

Señala con amor los errores de tu hijo, aprecia sus virtudes, incentiva el bien y valoriza sus buenas acciones.

Que la crítica, la censura y la reprensión sean siempre constructivas y no destructivas. Que sean siempre positivas y no negativas.

* Recordar errores pasados y ya perdonados, desestímulo y desanima. No es agradable oír siempre la misma queja, oír siempre la misma melodía de las personas que persisten en tocar la misma tecla.

* Olvida los errores cometidos por tu hijo en el pasado, e incentiva el bien en el presente, valorizando sus buenas acciones, por pequeñas que sean.

* Y así, si él fuera malo, tratará de ser bueno, y si fuera bueno se esforzará para ser mejor.

COMO ECHAR A PERDER UN HIJO


COMO ECHAR A PERDER UN HIJO


01. Comience por dar a su hijo durante la infancia todo lo que él quiera; así "tendrá lo que usted no ha tenido". Así crecerá con la falsa idea de que todo el mundo tiene que servirle.

02. Cuando aprenda malas palabras, celebre "el chiste"; Así creerá que es "muy gracioso" y lo estimulará a aprender otras groserías que le sacarán a usted de quicio unos años más tarde.

03. Nunca le dé educación religiosa; espere a que su "niño" cumpla 21 años para que decida "por sí mismo".

04. Evite usted el uso de la palabra "malo" o "pecado"; podría crearle un complejo de "culpabilidad".

05. Recoja todo lo que él deje tirado; libros, zapatos, ropa, para que "aprenda bien" a dejar toda la responsabilidad a los demás.

06. Déjele leer historietas, novel, luchas, pornografía y cuanto cosa caiga en sus manos; así su cerebro, lleno de inmundicia, se desarrollara sin "prejuicios".

07. Tenga demasiadas "discusiones" por las noches y riña con su cónyuge en presencia de sus hijos; así estos no sentirán el "terrible choque" cuando sobrevenga el divorcio o separación.

08. Déle todo el dinero que le pida y concédale todos sus caprichos; negándoselos podría crearle un complejo de "frustración".

09. Póngase siempre de su parte contra los vecinos, profesores y, cuado venga el caso, contra la policía; todas estas personas le tienen "mala voluntad" a su hijo.

10. Nunca se preocupe por darle buen ejemplo y cuando alguien le busque a usted y no quiera ser interrumpido, ordénele que diga que "no esta" para que desde pequeño aprenda a "salir de apuros".

Después de seguir estas instrucciones, preparase para una vida "de tranquilidad". Usted se la merece. Y cuando "su niño" sea un delincuente, apresúrese a exclamar: "¿Qué pecado habré cometido, Dios mío, para merecer esto?

EL EXITO NO ES COSA DE SUERTE




"EL EXITO NO ES COSA DE SUERTE"

Definimos aquí éxito como la posibilidad de alcanzar aquellas cosas que nos proponemos.
Eso significa que para sabernos exitosos tenemos que haber previamente definido las cosas que deseamos alcanzar. De lo contrario no hay referencia contra que medir nuestro grado de éxito.
Ello nos lleva necesariamente al concepto de responsabilidad. Ser responsable es la habilidad que tenemos para responder por nuestros compromisos, para hacernos cargo, sin necesidad de quejarnos, de andar buscando culpables ni dejando al azar las soluciones de los problemas.
Ser responsable implica el conocimiento de que todo lo que se logra es por causa del propio esfuerzo; un individuo de alto desempeño, por tanto, se dedica con entereza a construir su éxito con la conciencia de que lo que haga hoy determinará los frutos del mañana.
Con la certeza de que todo cuanto hacemos y dejamos de hacer tendrá, tarde o temprano, consecuencias en nuestra vida y en la de los demás, nos hacemos más responsables por nuestros actos, y le dejamos cada vez menos espacio al azar y a la improvisación.
Para hacernos cargo, es necesario vivir desde la madurez. Madurez, en palabras sencillas, es la capacidad que tenemos de decidir y ejecutar nuestras respuestas frente a los hechos de la vida. En otros términos, es cuando somos capaces de dirigir nuestras vidas a partir de las acciones que provienen de nuestra facultad de decidir.
Entonces, vivir desde la madurez es vivir en libertad, por cuanto decidir es la máxima de las libertades. Quien ha perdido la posibilidad de elegir y decidir, se ha convertido en preso.
De las muchas cosas que podemos decidir en nuestras vidas, es fundamental que aprendamos a elegir nuestro estado anímico, nuestra manera de enfrentar la vida y las diferentes circunstancias, a veces adversas, que en ella se presentan.

lunes, 4 de agosto de 2008

ACTITUD MENTAL POSITIVA





ACTITUD MENTAL POSITIVA

· Sólo quién programa su vida con optimismo, logrará alcanzar sus metas.
· El desarrollo de una actitud mental positiva es fundamental para alcanzar el éxito.
· La diferencia entre el éxito y el fracaso no es más que la postura que asumimos frente a las situaciones que la vida nos presenta, a la capacidad de autoestima que tengamos y a la forma como nos relacionemos positivamente con los demás.
· Descubre los diez mandamientos de la actitud mental positiva y aprende a reprogramar tu mente subconsciente, con principios y actitudes que harán de ti una persona de éxito.
· Éste no depende de la suerte; depende de nuestra actitud ante la vida y es en nuestras manos donde podemos encontrar la solución.
· Actitud Mental Positiva es lo que define al ser humano avanzado, ya que la mente es tan poderosa que puede lograr todo lo que uno se propone; el optimismo es excelente y de gran ayuda para las personas que son altamente negativas.

Le recomiendo:

Los Diez Mandamientos de la Actitud Mental Positiva

01. No juzgar nunca el día por el clima.
02. Cambiar la manera como empezamos el día.
03. No permitir que lo que está fuera de nuestro alcance, influya en nuestras decisiones.
04. Protegernos de los mensajes negativos.
05. Cuidar la manera como nos expresamos de los demás y de nosotros mismos.
06. Cambiar la manera de saludar a los demás.
07. Desarrollar una visión clara de nuestras metas.
08. No perder nunca nuestra admiración por la belleza del universo.
09. Apreciar y dar gracias por aquello que poseemos, por nuestras experiencias y habilidades.
10. Tener grandes expectativas de nuestro día, nuestras actividades y de las demás personas.

Una actitud mental positiva no te convertirá en el más rápido, el más inteligente, o el más fuerte. Tampoco eliminará todos los problemas, pero sí te permitirá aprovechar al máximo tu potencial y obtener los mejores resultados. Ella no sólo te permitirá utilizar más eficazmente tus habilidades sino que también te ayudará a evitar aquellas cosas sobre las que no tienes ningún control y que te afectan negativamente.

viernes, 1 de agosto de 2008

ALMORZAR EN FAMILIA




Compartir la mesa mejorará la comunicación con los miembros de su hogar. No cabe duda de que la individualidad nos está alejando cada vez más de la vida en familia.
Hay escasa comunicación entre los miembros de un hogar, y es menos el tiempo que se pasa en casa. La universidad, el trabajo, la computadora o el televisor muchas veces nos absorben y nos impide valorar estos momentos;Pero, para la psicóloga María Teresa Charún, de la Asociación Unidad Familiar, el hecho de tener ocupaciones diversas no es excusa para perder la comunicación.
Propone que el almuerzo o la cena sean tomados como un espacio 'sagrado' del día para reunir a los seres queridos. "Esta tradición de reunirnos alrededor de la mesa se está perdiendo. Sin embargo, es muy importante tratar de que todos los integrantes de la familia se junten a comer por lo menos una vez al día", asegura la especialista.
Señala que, en caso de ser imposible reunirse a diario, se debe separar los fines de semana. "Para compartir vivencias, tomar decisiones grandes y pequeñas y, por supuesto, compartir los alimentos", dice. Refiere que estos encuentros les dan seguridad a los más pequeños para opinar y participar en las decisiones del hogar.
Aparte de lograr una buena comunicación, el almuerzo familiar permitirá alejar a los adolescentes de los vicios. Según estudios de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, los muchachos que logran tener este tiempo con sus familias presentan 70% menos de riesgo de caer en el abuso de sustancias tóxicas;"La vida en familia les da seguridad a los hijos.
Los aparta de los vicios y de las malas compañías, además de que despeja sus dudas religiosas y morales.
Recuerden cómo fuimos educados los que ya peinamos canas", subraya Charún.
Proverbios 4:1 Escuchad, hijos,la enseñanza de un padre;estad atentos, para adquirir cordura.
Proverbios 1:8 Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padrey no abandones la enseñanzade tu madre.